
eso me recordó que las disociaciones como yo tenemos fascinación por actividades adrenalínicas...
retomo esa búsqueda que dejé perdida, esa búsqueda de un cuerpo perfecto... y si bien, la perfección es una simpleza de la percepción, para mi esa perfección es la capacidad...
hace muy poco corría por las mañanas, karate por las tardes y nadaba a medio día, y lo hacía bien... tres horas de ejercicio diario, luego aumenté a cuatro horas con el gimnasio y [obviamente] gané problemas de salud... ese fue mi límite... me quedé sin ciertas vitaminas y un brazo se me durmió por varios días...
tengo más cuidado ahora...
pero lo disfruto mucho... recuerdo cuando aprendí a surfear y estaba en medio del mar y venía la ola; yo y la adrenalina nos cojíamos y teníamos orgasmos deliciosos...
lo físico y lo mental, ambos presentan muchas delicias...
y mi mente, pues esa auto/intimidante búsqueda de capacidad la incluye... tengo que agarrarla y matarle parásitos que desconocen la libertad, pintarle círculos sobre los cuadrados y enseñarle a hablar...
me siento estancado, viviendo para la vida y no para mi...