martes, 21 de agosto de 2007

blues caóticos

durante los primeros meses no podíamos hacer otra cosa más que estar juntos...

y entonces fumábamos alguna cosa verdosa y poníamos algún blues, entre más viejo y más de negro mejor, pero negro de negro, con olor a represión... y depresivo, pero depresivo es una palabra que hay que comprender... al igual que represión...

éramos tres los que nos reuníamos durante los primeros meses, pero cuando hablo de tres no me refiero a mis disociados anónimos... me acompañaban dos nenas, definitivamente personajes ancestrales en mi vida... y cuando hablo de los primeros meses me refiero a años...

nunca nos animamos a abrir el puto cajón... un cajón esquizofrénico, lleno de cintas y hojas y cosas amateur, tiquetillas y olor a jazmín... una criatura cronológica con objetos de todas las épocas cercanas a hace veinticinco años... el cajón no tiene ciencia, estaba lleno de todo lo contrario...

siempre quisimos abrirlo, verlo todo y comentar significados... o leer juntos el puto diario que casi casi tiene vida propia...

pero fuimos demasiado cobardes para algo así...

entonces... ¿que hacían un pendejo y dos nenas apagadas un veinte de agosto con whisky, cigarros, yerbas, depresión, blues, uñas cortas, una guitarra vieja, una guitarra nueva, tristeza, tensión, tatuajes nuevos, soledad, redundancia, rage-against-the-machines, pizza, piercings nuevos, perfumes de jazmín, películas tontas, películas mensas, películas francesas, palomitas con cheso y de las dulces, leche pinito, azúcar y muchos chocolates, incomprensión, impotencia, frigidez, flores nuevas, flores de papel, esterilidad, confites, ausencia sexual y mucha más maquinaria?

(la recordábamos...)