el pasado es una cosa de esas que hay que comprender... ya sea que uno fue narco, puto o un helefante (con H y todo), el pasado no se puede olvidar... ahí está, escribiendo cosas en la sangre que se distribuyen en todo el cuerpo, provocándonos manías o alergias...
estoy aún entre decidirme si mi número favorito es el nueve o el uno, creo que me gustan las cosas que casi están al final o después del principio... pero no los finales ni los principios...
pensar es algo que no me gusta hacer, puedo terminar siendo hipócrita conmigo mismo y sin darme cuenta, como algunos veces me ha pasado en el pasado... pasado que es pasado pero sigue siendo siempre parte del presente... lo importante es el papel que tenga nuestro pasado en el presente... esa es mi escusa del día para las melancolías que le puede provocar a uno soñarse alguna loquera en la madrugada...
alguien publicó algo por ahí y me puse a pensar en senos artificiales, esos que están de moda entre las autoestimas de estos días... no tengo nada contra satisfacer las autoestimas o los ojos sociales (broma, me opongo rotundamente) pero si creo que los senos naturales son más jugosos y sabrosos sin importar tamaño...
mi superficialidad característica de todas maneras son los olores... y es que uno puede oler de una mujer todas sus partes y todas huelen diferente y tienen diferentes intensidades de olores... además todas huelen diferente...
lo natural es tan rico...