una mujer desnuda envuelta en leche condensada con fresas en los pezones y un cigarro kilométrico en su ombligo...
para superar las manías del egoísmo, para tener fuerza con eso de que vivir con tranquilidad implica ignorar algunas cosas... ser visco de la conciencia, como un dequeísmo innecesario en algún texto...
las ganas tan tremendas de cojer que me da la luna llena... que marea tan extraña y tanta psicología de bolsillo...
implica todo una necesidad diferente de decir las cosas... y es que yo prefiero la leche condensada y los ricos pezones con fresas... se complica escoger entre la nada y el placebo... filosofía intermitente para días sin sexo...
prometo una moraleja si sigues leyendo...
pero mucho mejor me voy a tomar tu mano y la sostengo fuerte para que a urtadillas podamos llegar a la piscina a la media noche, sin ser notados por los guardias que patrullan... luego nos saltamos lo que haya que saltarse para mirar como te quitas la ropa porque nos urge entrar al agua... como de día habrá sido caluroso el agua estará tibia, así que vos entrás primero porque yo no quedríaperderme detalles de las miles de maneras posibles en las que me puedo exitar mirando una nena anatómica entrar a una piscina en ropa interior... ropa interior que recibirá un tono acoplado al cuerpo, cosas de las cohesiones incomprensibles del agua en un recubrimiento anatómico y femenino... luego tenemos, porque tenemos definitivamente que besarnos intentando alborotar el agua al mínimo, para que no nos encuentren... para que podamos hacer eso que es cojer humedecidos, destemperaturizados, a la velocidad que se exige para que perdure...
o sos aburrida y pendeja, te da miedo y esto no ocurrirá... entonces tendremos que girar el universo para caer en otra dimensión porque juntos somos metódicos...