ella... recuerdo como si hubiese sido ayer...
ojos verdes, cabello rubio, piel de armiño... su silueta delgada y sencilla, tibia, honesta... verdadera... natural... su sonrisa, sus ojillos curiosos, sus labios... sus manos... su arte, su música, sus libros... su libertad y su opinión... su increíble fortaleza... su socialismo, vegetarianismo y sus conceptos...
a veces parecía que el viento movía su cabello... estoy seguro que era su cabello largo y hermoso que movía el viento...
su guitarra y sus caderas... su increíble fantasía y la magia que emanaban sus movimientos... a veces me miraba, sacaba la puntilla de la lengua con gracia, cerraba los ojos unos momentos, los habría y me mostraba un rostro diferente... leía uno de sus poemas y se perdía en el tiempo, volvía un segundo antes, con una sonrisa y un beso...
ella y las letras y el arte y la expresión y la música... ella y la vida...
verla desnuda era quedar ciego de vanidades, ella era comprender la belleza... y sus ojos... capaces de mirar la verdad en la gente, con una fe infinita en todos... una bondad absoluta...
era tan así...
y yo, la criatura más afortunada del mundo, mientras hubo vida en ella...