
no puedo explicarlo... en especial con los blues...
tengo una guitarra española, que es mágica, nadie puede olvidar lo que se ha tocado en esa guitarra, aunque se intente... y aunque es mía no la tengo yo, la tiene una amiga, ella dice que jamás me la devolverá...
la guitarra está en una pared, siempre... y aunque la mesa con el florero suele estar sucia, la guitarra siempre está limpia...
una vez que nos reunimos, ella bajó la guitarra, me la dio y me dijo que tocara algún buen blues...
luego lloró sin atreverse a mirarme, encendió un cigarro y puso el disco de siempre de Bob Dylan...
coloqué la guitarra en su lugar, me senté junto a ella, la abracé y escuchamos a Dylan mientras nos bajamos una caja de cigarros, medio whisky y muchas historias...
hicimos el amor por segunda y tercera ves... y prometimos no volver a hacerlo...
los dos somos insignificante ante la guitarra y los blues de la verdadera dueña... la persona que me la regaló...