sábado, 29 de diciembre de 2007

ensayo introspectivo sobre el fin de línea

primero que todo y nada una opinión clásica en este blog, sobre los formotipos habituales: MELESOBRO, los detesto, me joden la vida, los odio... son muestra de nuestra decadencia en la forma de expresarnos... formotipos de mierda...

yo nací, crecí, cojí y acá estoy jodiéndome la vida cotizándome... ¿cuanto valgo? el ser humano da a más en todo, eso es cierto y soy un imbécil con una gran autoestima que quiere conquistar el mundo, la vida es un nabo y me pregunto si quiero irme a vivir a Argentina este año que viene OR estoy aburrido de pensar que mi vida se vuelva completamente binaria AND poco libre...

los unos tan convexos y los ceros tan cóncavos... de seguro cojen todo el tiempo, de ocho en ocho y terminan siendo un enredo consecutivo, lineal y vulgar que alguien con decencia podría transformar en poesía...

música digital, letras digitales, imágenes digitales, un mundo de mentiras abierto a las falacias de la realidad... química de la expresión desde un entorno lleno de mierda y contradicciones para los que trabajan por debajo machacando árboles para hacer hojas o exitando unos para que cojan con los ceros y esta entrada se pueda leer en firefox o el explorer de mierda (y demás ignorados por excéntricos)...

que no halla confusión, soy un canalla... hoy meleobro a la ciencia y tecnología con un texto mil por ciento contradictorio, porque me entretengo pensando en el ombligo delicioso de quien me obliga sin querer a escribir hoy...

eof